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07 agosto, 2006

Sale el Sol

Bueno, parece que las cosas van mejorando poco a poco. Es domingo 6 de agosto por la tarde, y aunque en el hotel no tengo acceso a internet, puedo escribir este post gracias a un extensión de Firefox muy chula que se llama "Performancing" (la recomiendo a todos los blogeros).

Después de casi una semana en Sydney, creo que puedo decir que he conseguido encontrar un hogar para los próximos meses. Se trata de una habitación en una casa de la calle Cook Street, en el barrio de Glebe (más información sobre el barrio de Glebe y su calle principal, Glebe Point Road). Ahora me siento más tranquilo; mis días de vagabundo parecen tocar a su fin. Pero, ¿cómo he llegado a este momento? Pues ha sido duro. Veréis:

El jueves fue el primer día que comencé realmente la búsqueda de piso. Estaba bastante desorientado y preocupado. Por una parte, lo que había visto de la ciudad no me había gustado para nada. Además, la idea de alquilar algo para mí sólo se había comenzado a esfumar, ya que por un lado nadie alquila nada por menos de seis meses, y por otro muchos de los lugares están sin amueblar, lo cual es una complicación añadida. Además, tampoco parecía sencillo encontrar habitaciones, o pisos compartidos para permanencias de menos de seis meses. Me daba cuenta de que cuanto más tardara en encontrar alojamiento, peor sería después. Por último, hay que tener en cuenta que Sydney es una ciudad realmente extensa. Y no sólo eso, sino que su situación geográfica, en una zona costera plagada de bahías de perfil muy recortado, hace que las distancias puedan llegar a ser realmente grandes. Quería centrar mi búsqueda en zonas lo más céntricas posible, y cercanas a la UTS; pero estas zonas son también las más caras, claro. Además, me daba miedo meterme en un zulo; en una ciudad con tanta afluencia de estudiantes de procedencias tan diversas como es Sydney se puede encontrar de todo (aquí vienen a estudiar australianos de todo el país, asiáticos de prácticamente todos los países y algunos europeos). ¿Algún ejemplo de lo que se puede encontrar?

  • Muchos de los anuncios de piso compartido, son en realidad anuncios de habitaciones compartidas, y no especialmente baratas por cierto.
  • Estuve en una residencia, que dispone tanto de estudios individuales como de apartamentos y estudios compartidos. Me enseñaron uno de los estudios (el único que podían tener disponible a corto plazo) y era para mear y no echar gota. Esta residencia tiene una página web para reservar el alojamiento por anticipado. Te cobran $170 sólo por la solicitud. Imagino que muchos estudiantes hacen la reserva desde sus países, antes de viajar, para asegurarse el alojamiento, y luego llegan allí y se encuentran el pastel.
  • Existen pisos en los que meten hasta 9 estudiantes. Si las condiciones fueran buenas, no me habría importado, pero yo también andaba buscando algo un poco más tranquilo. Al fin y al cabo, sólo tengo cuatro meses para hacer muchas cosas... y no es cuestión de tentar a alguien como yo con muchas juergas. Algunos sabéis que me distraigo con una mosca volando.
En fin, el jueves llamé y escribí a mucha gente. Los pisos que mejor pinta tenían ya no estaban disponibles. Y además cometí un error que he descubierto ayer: en muchos de los correos que mandé indiqué mal mi número de móvil australiano. ¿Por qué? Pues como no sabía cuál era mi número (había olvidado la documentación de Vodafone en el hotel) le hice una llamada perdida a Jaime para así poder copiarlo. Pero él me mostró un número erróneo. Así que todos esos correos fueron con mi número de teléfono mal. Ayer el propietario del dichoso número le pidió a Jaime que me dijera que por favor no fuera dando su número de teléfono por ahí. En fin...

El caso es que el viernes por la mañana alguien me responde por correo...¡en español! Casi se me saltan las lágrimas cuando lo leí. Se trata de un chico colombiano que vive con su compañera en una bonita casa cercana a Glebe Point Street. No está especialmente cerca de la UTS, pero tampoco está especialmente lejos de ningún lado. Así que le llamo y acordamos una visita para ese mismo día por la tarde. Aún no conocía ese barrio, pero cuando llegé me encantó. Como el resto de los barrios, tiene una calle principal (Gebe Point St.) con muchas tiendas, comercios y restaurantes. En ella está uno de los pocos restaurantes españoles de la ciudad, llamado "Tapas" (por cierto, no veáis lo que cobran por unas gambas al ajillo...). La casa me gustó. Está limpia y tiene incluso un pequeño jardín en el que organizan barbacoas algunos fines de semana. La cocina es bonita, hay una zona de comedor y una zona de estar en la parte superior, con un televisor grande y reproductor de DVD. Además disponen de conexión a internet y tienen lavandería (aquí no todas las casas tienen la lavadora, y mucha gente va a hacer la colada a establecimientos en la calle). Pedían $200 semanales más gastos, y $800 de fianza. No es que fuera una ganga, pero la casa estaba muy bien, y Carlos (que así se llama el chico colombiano) me caía bien.

Bueno, el caso es que el domingo por la mañana he ido allí a conocer a su compañera, y han decidido que me puedo ir a vivir con ellos. Por supuesto, he puesto mi mejor cara de niño bueno y de no haber roto nunca un plato. Les he explicado mi situación, ellos me han hecho preguntas sobre mis hábitos y propósitos para estos cuatro meses, y finalmente hemos llegado un acuerdo. Al final la cosa me ha salido un poco más cara... Para asegurarme la habitación, les ofrecí pagar $230 semanales. Me pareció que el factor más importante en mi contra era que sólo estaría con ellos hasta el 1 de diciembre, así que se me ocurrió ofrecerles un poco más. No sé si hice bien o mal. El caso es que mi oferta entraba dentro de mi presupuesto (ya recortaré de otro lado) y a ellos también les ha parecido razonable. Lo importante es que la habitación es mía, está amueblada (también me proporcionan las sábanas), el piso es bonito, tengo dos armarios grandes y ciertas comodidades. Además los dos parecen encantadores, y con Carlos tengo la oportunidad de hablar castellano. Mi objetivo era que estos cuatro meses aquí sean lo más agradables posible... espero que así sea. Lo malo es que seguramente hasta el martes o el miércoles no pueda mudarme allí. Habrá que aguantar un poco más.

Bueno, que me enrollo. He de decir que los correos que me escribieron Belén y Carlota han servido para subirme bastante la moral. Muchas gracias chicas, de verdad. Supongo que esto es lo que tiene no haber tenido nunca problemas realmente importantes en la vida: que cualquier bobada te parece un mundo. Como decían los Monty Python: "Always look on the bright side of life". Bueno, también he comenzado a tomar algunas fotos y videos. Poco a poco iré mostrando las cosas bonitas de Sydney. Aquí va este aperitivo (la foto está hecha con mi Nokia 6280):


Ah, y después de una semana con el cielo encapotado y lloviendo, hoy el Sol está brillando y la gente parece más feliz por las calles. Yo también.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡¡¡¡¡¡¡¡ Qué biennnnn !!!!!! De verdad, me alegro muchíiiiiiiiiiisimo. Verás qué bien estás en la casa nueva :D Cocina, internet, limpieza y en un barrio que te gusta ¿qué más se puede pedir ?